jueves, 20 de noviembre de 2008

cultura mafiosa Vs ética del trabajo: Una perspectiva bíblica

Cultura mafiosa Vs ética del trabajo: Una respuesta bíblica al caso de las pirámides (captadoras ilegales de dinero)


La vorágine que se vive actualmente en Colombia, resultado de la caída estrepitosa de las empresas captadoras de dinero, denominadas “pirámides”, ha dejado al descubierto que seguimos siendo un país que ama las ganancias fáciles, no importando “si vienen de parte de Dios o del diablo” como expresara un gran amigo.

Todavía la ingenuidad hace presa de nosotros, y somos peores ciegos que aquel que, a pesar de estar viendo las evidencias de las cosas, se resiste a verlas y creerlas.

Es difícil aceptar que a comienzos del siglo XXI, luego de tantos siglos de desarrollo científico, social, tecnológico, desarrollo filosófico, entre otros, todavía existan personas que creen ciegamente en varitas mágicas, duendes y hadas madrinas.

Colombia, y muchos países latinos, aún siguen viviendo en la oscuridad fantasiosa de la era más ignorante de antiguas épocas pre-científicas.

Viendo las reacciones de las gentes vinculadas a estas “pirámides”, a través de las cuales defienden las actividades comerciales de estas empresas captadoras de dinero por fuera del sistema financiero autorizado por el estado, me hace recordar la pasión con que mucha gente en Medellín defendía y apreciaba los beneficios recibidos a través de Pablo Escobar y otros narcotraficantes. Muchas personas se beneficiaron de su dinero. La gente lo amaba, y algunos hasta pensaban que sería bueno tener un presidente como él.

En estos casos, el buen juicio de la gente es nublado y enceguecido por los beneficios recibidos. La filosofía pragmática en la aplicación más burda. Esta es la ejecución deplorable del principio “el fin justifica los medios”.

¿Dónde quedan los principios éticos cuando una persona piensa que es aceptable y justo recibir dineros o beneficios materiales de personas o instituciones que acumulan riquezas desarrollando actividades ilícitas, destructivas y malvadas como el narcotráfico o, en el caso de las pirámides, de la explotación miserable de incautos?

¿Dónde están los principios éticos de mi pueblo colombiano cuando, sin importar los medios, desean recibir riquezas materiales y prosperidad a costa del sufrimiento de otros? Pues, las pirámides, para dar una rentabilidad tan alta (del 50% al 150%), debe ser con dineros del narcotráfico o de otras actividades ilegales, y el dinero que reciben los narcotraficantes es producto de destruir millones de vidas de jóvenes en todo el mundo. Es decir, es un dinero manchado, enlodado de sangre. Es un dinero que emana putrefacción.

Pero, ¿Porqué muchas personas, de todos los estratos sociales y académicos, incluso “ministros cristianos” y gente que se considera miembros activos de iglesias cristianas caen en esta clase de actividades ilegítimas, dañinas y destructoras de todo principio moral?

Creo que las Sagradas Escrituras nos pueden dar unas pistas, para entender esta clase de conducta mafiosa:


Descripción bíblica de la “cultura mafiosa”

El apóstol Pablo advierte a su discípulo Timoteo del peligro que acarrea, para el buen juicio y los principios éticos, la codicia o el amor hacia el dinero o hacia las riquezas: “porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.” 1 Timoteo 6:10

El predicador, conociendo la sed insaciable y peligrosa del amor a las riquezas dijo: “El que ama el dinero, no se saciará de dinero; y el que ama el mucho tener, no sacará fruto. También esto es vanidad.”

La mayor prosperidad que un hombre puede desear es la sabiduría, la cual, por cierto, no es la que abunda entre los colombianos y los que nos llamamos cristianos. “Y le dijo Dios: Porque has demandado esto (sabiduría), y no pediste para ti muchos días, ni pediste para ti riquezas, sino que demandaste para ti inteligencia para oír juicio he aquí lo he hecho conforme a tus palabras” 1 Reyes 3:11

La sabiduría de vida, el carácter cristiano, la honestidad, la justicia, la verdad, la paz, son valores que sobrepasan a todo bien material. La sabiduría dice: “Las riquezas y la honra están conmigo, riquezas duraderas y justicia. Mejor es mi fruto que el oro y mi rédito mejor que la plata escogida” Proverbios 8:18-19

Las riquezas que se obtienen de manera ilegal, no podrán ayudar a defender a las personas cuando se enfrenten con la justicia: “No aprovecharán las riquezas en el día de la ira; más la justicia librará de muerte” Proverbios 11:4

Depender o confiar en las riquezas, de manera que acudamos a medios ilegítimos para recibir bienes materiales conducirá a la ruina, más lo que aman la justicia, los valores, la verdad, permanecerán y continuarán. “el que confía en sus riquezas caerá, más los justos reverdecerán como ramas” Proverbios 11:28

El medio correcto y legal para ganar dinero y aumentar los bienes es el del trabajo esforzado. Si una empresa o persona le promete aumentar sus riquezas a través de medios diferentes al trabajo como: los juegos de azar, las pirámides, la suerte, el dar dinero a un líder religioso que le promete una devolución milagrosa con ganancias del 100% o el 1000%, usted debe rechazar esas propuestas, pues, las Sagradas Escrituras nos dicen: “las riquezas de vanidad disminuirán, pero el que recoge con mano laboriosa las aumenta” Proverbios 13:11

Muchos colombianos tendrán que pasar determinado tiempo padeciendo necesidades debido a la escasez que les vendrá por haber puesto su confianza en las jugosas ganancias que les prometía un sistema sospechoso e ilegal, mientras que otros colombianos, aunque no tengan mucho, tendrán sus corazones llenos de tranquilidad y disfrutarán lo poco, porque actuaron con sabiduría. “las riquezas de los sabios son su corona, pero la insensatez de los necios es su infatuación” Proverbios 14:24

Cuando los hombres se apresuran a enriquecerse, caen en la tentación de violar las leyes y los principios éticos, lo cual, tarde o temprano, acarreará para ellos la persecución de la justicia, y manchar el buen nombre. Algunos hombres prefieren riquezas a tener una buena reputación, pero el consejo de Dios es: “de más estima es el buen nombre que las muchas riquezas, y la buena fama más que la plata y el oro”. Proverbios 22:1

Cuando los hombres aman más las cosas materiales y las riquezas de esta tierra, se olvidan que ellas son pasajeras, y sus disfrutes efímeros, pero hay riquezas mas duraderas que bendicen al que las posee: “¿Has de poner tus ojos en las riquezas, siendo ningunas? Porque se harán alas como alas de águila y volarán al cielo.” Proverbios 23:5

De muchas angustias y dolores seríamos librados si seguimos el ejemplo del escritor sagrado cuando oró al Señor: “Vanidad y palabra mentirosa aparta de mí, no me des pobrezas ni riquezas; mantenme del pan necesario” Proverbios 30:8

Todos los cristianos de Colombia estamos protegidos de caer en engaños como las pirámides, los charlatanes religiosos que saquean a los incautos, la tentación del narcotráfico, o la usura, porque el Señor Jesús fue muy enfático respecto al amar o desear las riquezas, cuando dijo: “ninguno puede servir a dos señores, porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas” Mateo 6:24

Jesús dijo que algunas personas conocerán el evangelio y, por un tiempo se identificarán como cristianos, pero luego, el afán de las riquezas hará que tuerzan su rumbo y se apartarán de la fe: “el que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la Palabra, pero al afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra y se hace infructuosa” Mateo 13:22

Aunque muchos personajes bíblicos fueron enriquecidos por el Señor y llegaron a tener muchas propiedades, las riquezas jamás se apoderaron del corazón de estos hombres, ellos vivían como si no tuvieran nada material en este mundo, y su máximo placer estaba en agradar al Señor obedeciendo sus preceptos y esperando en su misericordia, esto dijo uno de los cristianos mas ricos que ha existido: “si me alegré de que mis riquezas se multiplicasen y de que mi mano hallase mucho, esto también sería maldad juzgada: porque habría negado al Dios Soberano.” Job 31: 25, 28

Para aquellos que desean y quieren beneficiarse de las riquezas de los malos hombres que acumulan bienes a través de medios injustos, la Biblia les dice: “mejor es lo poco del justo, que las riquezas de muchos pecadores” Proverbios 37:16.

Ya hemos visto el final de los hombres que acumulan riquezas injustas, no obstante, somos tan tozudos que queremos seguir su camino de destrucción: “Ciertamente como una sombra es el hombre; ciertamente en vano se afana, amontona riquezas y no sabe quién las recogerá” Salmo 37:16 “Por tanto Dios te destruirá para siempre, te asolará y te arrancará de su morada y te desarraigará de la tierra de los vivientes. Verán los justos y temerán; se reirán de él diciendo: he aquí el hombre que no puso a Dios por su fortaleza, sino que confió en la multitud de sus riquezas y se mantuvo en su maldad” Salmo 52:5-7

El afán de enriquecerse conlleva a la usura, la rapiña, el aprovecharse de los demás, el engañar, por eso tenemos la advertencia: “No confíes en la violencia, ni en la rapiña, no os envanezcáis, si se aumentan las riquezas, no pongáis el corazón en ella” Salmo 62:10

Cuando seamos asediados o tentados por participar de actividades ilegales de ganancia de dinero, debemos seguir el consejo del proverbista: “Si dijeren: ven con nosotros: hallaremos riquezas de toda clase, llenaremos nuestras casas de lo que quitemos a otros, hijo mío no andes en camino con ellos, aparta tu pie de sus veredas, porque sus pies corren hacia el mal” Proverbios 1:11-16


Los cristianos colombianos no debieron ser engañados por las pirámides porque nuestro Soberano Señor y Salvador nos advirtió respecto a la avaricia: “Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee” Lucas 12:15

Los cristianos jamás debiéramos caer en las redes del dinero fácil, llámese como se llame, porque somos llamados a vivir contentos con lo que tenemos. No importa el nombre que le quieran dar al sistema ilegítimo de obtener ganancias abundantes, toda codicia, todo deseo de tener más y más conlleva al dolor, a ser víctima del engaño que puede provenir del mundo o de charlatanes religiosos, escucha las advertencias del inspirado apóstol Pablo: “Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto. Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición, porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores”. 1 Timoteo 6:5-10

Los cristianos debiéramos estar curados de las costumbres mafiosas, del deseo de recibir dinero fácil, sin trabajar, pues, el Espíritu Santo también nos dice que la vida cristiana se caracteriza por la confianza en el Señor, por la dependencia de su bendición y cuidado. “Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: no te desampararé, ni te dejaré. De manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré lo que me pueda hacer el hombre”. Hebreos 13:5-6

En la época de los apóstoles de Cristo algunos hombre deseaban tener el poder de Dios que les permitiera hacer milagros con el fin de obtener ganancias materiales, pero el apóstol Pedro deja ver que el reino de Cristo es diferente al reino del mundo, Dios da sus bondades o beneficios solo por su misericordia, pero nunca a cambio de dinero. Es comparable con la mafia el aprovecharse de las necesidades espirituales de la gente para sacarles su dinero y vivir cómodamente de la ingenuidad del “bobo”. Las palabras de los verdaderos apóstoles, frente a estos mercaderes de la fe que aprovechan la ingenuidad de los incautos para explotarlos económicamente despertándoles la codicia son: “Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero” Hechos 8:18-20

Ética del trabajo a la luz de la Biblia.

La forma como Dios ha establecido que los hombres obtengan su sustento y la prosperidad material es a través del trabajo. Dios mismo nos dio ejemplo de esto cuando hizo la creación. Él trabajó durante seis días para hacer todo lo que existe, y al séptimo, solo un día, descansó. Por eso Dios ordena a todos los hombres que trabajen seis días a la semana: “Seis días trabajarás y harás toda tu obra”. Éxodo 20:9

El Señor Jesús, siendo Dios encarnado, no se aprovechó de su divinidad para hacer lo que debía hacer usando métodos alternos al trabajo. No. Al igual que el padre tenía una ética del trabajo correcta. Él sabía que la manera establecida por Dios para obtener resultados es trabajando. Escuchen lo que decía Jesús: “Mi padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo” Juan 5:17

De la misma forma los apóstoles tuvieron una ética del trabajo correcta, ellos no querían recoger donde no habían sembrado. “El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero” 2 Timoteo 2:6 “Porque también cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma”

Pretender recibir grandes ganancias sin que éstas sean el resultado de un trabajo esforzado, no es conforme al mandato apostólico que nos dice: “Y que procuréis tener tranquilidad, y ocuparos en vuestros negocios, y trabajar con vuestras manos de la manera que os hemos mandado” 1 Timoteo 4:11

El Antiguo Testamento también nos muestra el principio del trabajo como el medio por el cual obtenemos el sustento y la prosperidad. El pueblo hebreo iba a ser bendecido por Dios en la tierra prometida, pero esto estaba en estrecha relación con el trabajo. Solo cuando estaban caminando en el árido desierto Dios les proveyó el pan de una manera milagrosa, pero una vez estuvieran asentados en la tierra que Él les había prometido, no recibirían mas el maná (pan milagroso que descendía del cielo) sino que todos los judíos deberían trabajar la tierra con presteza, y en conexión con este trabajo la tierra iba a producir, Dios se encargaría de bendecir la tierra y el fruto de su trabajo, el fruto de sus manos. Dios no les dijo que tuvieran fe y se sentaran a esperar a que la tierra produjera los frutos, no, era deber de todos trabajar. Dios bendice el trabajo de las manos de su pueblo. “Y cuando entréis en la tierra, y plantéis toda clase de árboles frutales..” Lev. 19:23 “Y te amará, te bendecirá y te multiplicará, y bendecirá el fruto de tu vientre y el fruto de tu tierra, tu grano, tu mosto, tu aceite, la cría de tus vacas…” Det. 7:13

El pueblo de Dios fue instruido para trabajar de manera esforzada y confiar en que Él bendecirá ese trabajo. La ética del trabajo no nos permite descansar en métodos distintos para esperar bendición, incluso, tenemos cultura mafiosa cuando pensamos que Dios nos va a bendecir económicamente solo por el hecho de dar dineros a ciertos personajes religiosos que prometen infinidad de bendiciones a cambio de ofrendar a sus ministerios, esto es una especie de lotería cristiana, no dependemos ni confiamos en esas cosas. Somos llamados a dar con alegría para el avance del evangelio, y de manera especial a dar a los creyentes pobres, como consta en todo el Nuevo Testamento, pero nunca debemos esperar que recibiremos gran bendición si no nos esforzamos en desarrollar un trabajo honesto que glorifique al Señor.

Espero que estos pasajes, a través de toda la Biblia, nos hayan dado suficiente claridad para entender cuan necio somos al amar o desear acumular riquezas. Lo más preciado de nuestra vida no se relaciona con los bienes materiales o la comodidad, sino con los valores eternos que son reflejados en un carácter correcto, justo, legal. A lo mejor no tendremos muchos bienes en este mundo, pero nuestro nombre no aparecerá inscrito con los necios que se perdieron en el camino por el afán de tener más de lo que de manera honrada y a través del trabajo esforzado se puede recibir.



Si usted desea participar del foro que hemos abierto para tocar este y otros temas éticos, desde una perspectiva cristiana, les invito a ingresar al blog http://etica-desarrolloyvida.blogspot.com/

También puede visitar nuestro blog dedicado a preguntas y respuestas sobre pasajes difíciles de la Biblia: http://forobiblico.blogspot.com/

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CÓMO ME VISTO

¿CÓMO ME VISTO?
Clara Agudelo

El atuendo en el hombre y en la mujer refleja las señales de los tiempos, de la cultura –lo que el hombre da de sí mismo-, de lo que ellos llevan en el corazón, de lo que piensan, y de lo que sienten, su oficio, dedicación y condición.
¿Cómo me visto?, ¿Qué reflejo con las prendas que uso?, ¿Cómo me puede definir aquel que me vea?, ¿Soy diferente o “adocenado -a-”?, ¿Qué me distingue?, ¿Qué quiero reflejar de mí?, ¿Cómo me siento cómodo -a-?, ¿Me aceptan por mi aspecto?, ¿Hago lucir la ropa o la ropa es la que me hace lucir?, ¿Me escondo o me exhibo?
¿Qué vemos ahora? Piel pintada, estirada, bronceada. Estamos todo el tiempo corrigiendo el diseño que tenemos en la nariz, color del cabello, abdomen, pigmentación, cuello, mejillas y la curva del ojo, cejas, vellosidad o calvicie. Todo está sujeto a cambio, pero ¿Estamos satisfechos? No.
¿Qué nos pasa? No es de lo externo de donde proviene la verdadera satisfacción con nosotros mismos, el gozo de vivir. Con frecuencia ni la familia, ni el cónyuge, o las posesiones, los títulos o los apellidos, ni la ciudad en la que vivimos, logran darle a nuestro semblante la belleza que da el contentamiento genuino y sincero.
Nuestro descontento no lo logra saciar sino la plenitud de lo que somos, el esplendor de nuestra humanidad de nuestro ser, hacer y tener. ¿De dónde provienen tales recursos?, ¿Qué hay que hacer?, ¿Adonde hay que ir para lograrlos? Hay que ir a nuestro interior, no a nuestro yo sino a la instancia superior interna, al encuentro con quien nos hizo, nos diseñó, nos hizo a su semejanza, a quien nos puso el mecanismo por el cual le conocemos; a quien nos dio de su mismo espíritu, que es precisamente quien nos viste con los ropajes esplendidos que ha preparado para darnos cobertura, no solamente para cubrirnos, sino vestidos que nos protegen, nos identifican y nos adornan.
Dios es de quien hablamos. Él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos, Él sabe de nuestra desprotección, flaquezas, temores, defectos y pecados, de aquello que necesitamos cubrir; solamente Él tiene la medida de lo que somos y de lo que seremos con Él y para Él. ¿Usted ha visto el encaje que forma el follaje de los árboles cuando se posa contra el cielo?, ¿Ha visto la vestimenta hermosa de las flores?, ¿El conjunto de formas y colores de los tejidos microscópicos de las piedras?, Pues si Dios hizo tales diseños para sus criaturas más pequeñas, que tienen uno o quince días de esplendor, o miles de años, ¿Qué cosas no habrá preparado para nosotros, “hechura suya”, según lo dice?
Él nos dará la dignidad de nuestros ropajes y cuidará de que los vistamos con propiedad. No como muchos esposos de nuestra época laxa, quienes permiten que sus esposas exhiban su humanidad a todos aquellos que quieran deleitarse con quien está reservada sólo para sus ojos. Muchas mujeres de ahora, en ese afán de querer parecer desvestidas sin desnudarse (extraño afán), dejan su decoro al límite ligero de la decencia ciudadana, que cada día se va relajando más, sin reservarse ya casi nada para la intimidad de sus cuartos con la persona amada.
¿Qué esperar?, ¿Ver correr las modas fugaces y lo que el mercado de la confección necesite para mantener vigentes las ganancias de su “business”? Seamos razonables. Nuestra autoestima por el vestir no puede provenir de quien no nos conoce sino por la estadística de las ventas productivas; el propio concepto de lo que somos procede con verdad y seguridad de quien nos hizo, de Aquel que nos da cada latido del corazón, de quien ha preparado cada bocanada de aire que respiramos, del que nos conoce a tal punto que sabe cuál será el último de nuestros días, y que supo de nosotros desde mucho antes de que existieran el tiempo y el espacio.
¿Quién mejor que Él? Él tiene vestiduras reales para cada uno de quienes le amamos –le conocemos- de hecho, en espíritu y en verdad. No son meras telas que se decoloran con el límpido o que se llenan de motas en la lavadora, o que pierden su forma al secarse colgadas al sol, o que “pican” por las fibras ásperas que componen el tejido, o se queman con la chispa de un cigarrillo. Él ha ordenado todo el catálogo de atuendos para sus elegidos, con todo detalle, cosas que ojos no han visto, de diseño exclusivo.
¿Quieres tu participar en esa colección que tendrá una vigencia y una belleza únicas? Búscalo donde Él está, ponte a Sus órdenes y sigue Su consejo, y le oirás decir: “…vístete tu ropa hermosa”.

Importancia de principios y valores

Vivimos en un mundo que crece aceleradamente en el ámbito económico, científico y tecnológico pero se ha quedado corto en el desarrollo y aplicación de los valores humanos.
Estos valores son implantados en todas las personas por el Creador. Entiéndase por valores todo lo que es de valor para una persona. Es decir, lo que él y ella interiorizan a partir de sus expectativas, la formación familiar y la convivencia social. Los valores se aprenden y se forman como estructuras en cada persona. Hay valores personales, familiares, sociales, religiosos.

Sin embargo, el comportamiento desobediente a las normas Divinas dañó toda la humanidad y ocasionó estancamiento y alejamiento de los propósitos eternos y trascendentales delineados para nuestra felicidad y realización. Por tal motivo, se hace necesario indagar, conocer y descubrir los aspectos indispensables para una convivencia armónica, tales como valores morales y éticos que nos posibiliten crecimiento y acercamiento a Dios, al prójimo y a nosotros mismos. La interiorización y vivencia diaria de estos principios nos permitirá llenar las expectativas de las exigencias modernas.

Los principios son los lineamientos que establece la persona para su actuar diario. Algunos de estos son universales, otros culturales y otros son el resultado de una nueva vida en Jesús. Los valores no como teoría, sino como práctica se establecen como principios rectores o lineamientos de nuestro comportamiento.

La sociedad actual vive muy preocupada por presentar una educación moderna, brindar comodidad, bienestar a todo nivel y contribuir a nuevos descubrimientos. No obstante, los seres humanos como personas integrales, con sensibilidad, voluntad e intelecto no se encuentran satisfechos. Cada día se incrementa el número de problemáticas sociales, familiares y personales, las cuales se exteriorizan de múltiples formas.

Una de las formas como se exterioriza está perdida de valores y principios de vida éticos, es la violación y el abuso sexual, incluidas todas las formas de maltrato y violencia intrafamiliar, en especial, contra niños, mujeres, ancianos y personas en desventaja.

Es imprescindible que revisemos los principios de conducta, comportamiento y educación que todos hemos recibido. Algunos de estos deben ser modificados por principios de respeto a la vida, promoción de la dignidad humana y respeto a la autoridad. Claro está, esto no será posible hasta tanto, todos volvamos nuestra mirada al Creador y Sustentador de todas las cosas, a quien debemos de dar cuentas.

Este artículo llama la atención a volver a nuestro Creador para que nuestras prácticas éticas y morales sean acorde a la voluntad suprema y de esta forma, podamos vivir en una sociedad más armónica, justa y solidaria. De lo contrario, estaremos cada día caminando en abierta contravía a sus lineamientos, y por tanto, aguardando la reprensión justa debida a nuestro extravío, la cual vendrá retributivamente a quienes sabiendo hacer lo bueno no lo hacen, si no que se deleitan en hacer lo malo de manera responsable.
Por: Ismael Quintero Rojas

DMG

D M G

Hablando de tales problemas que ha generado D M G, pone en la mesa serias reflexiones a los que hemos estado a la expectativa viendo el desarrollo de todo este caos.

Ya deberíamos estar hastiados de tanto 'mesías' que se levanta con populismo prometiendo Dar Muchas Ganancias y deberíamos ya estar curados de ese mal, pero cada generación tiene su 'mesías' y cada generación los levanta y adora.

Un país amante del dinero fácil, un país codicioso y avaro, que critica y marcha contra el paramilitarismo porque son organizaciones a la par de la institucionalidad, pero que invierte dinero y apoya organizaciones que nada tiene que ver con la institucionalidad. Un país que no le importa el ser humano, que toca convocarlo con tres meses de anticipación para marchar por la paz, pero que organiza una marcha numerosísima en cuestión de horas, por el dinero.
Es el país de la Doble Moral Generalizada, que combate y critica a los demás solo porque no es su propio caso, porque si lo fuera (como está visto), apoya la ilegalidad y grupos al margen de la institucionalidad.

Pero más claramente se puede ver que el Delito Más Grave, no es el que se hace contra la institución o contra el bolsillo de los incautos, deberíamos considerar el delito que se hace a la propia alma de quienes organizan o se involucran en esto:

La sentencia de la Biblia, la voz de Dios es clara…Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y trampa del Diablo…Raíz de todos los males es el amor al dinero…

Grandes problemas nos habríamos ahorrado si siguiéramos la sencilla sentencia de Dios, por la Biblia que: trabajando diligentemente comamos nuestro propio pan…

Dios Manda Guiarnos por su palabra y Él mismo advierte el peligro del alma al querer enriquecerse, al pretender ganancias fáciles, al amar el dinero por sobre todo. ¡A trabajar diligentemente amigos! No es el camino más fácil, pero es el camino más seguro, el de la obediencia, el que honra a Dios y nos trae verdaderos y tranquilos beneficios.

A este caos y en vista de las consecuencias y sobre todo del peligro para la integridad moral de este país, solo hay una conclusión: Dinero Mal Ganado.

Por eso reflexionando más calmadamente, prefiero ser más humano y menos materialista, prefiero que los valores de la vida, la ética, la obediencia no se dejen quitar de allí y en un impulso egoísta, estos valores sean sometidos al materialismo, la codicia y la avaricia, cosas que al seguir muchos naufragaron en sus vidas.

Dios Me Guie siempre para no ver el bien en monedas multiplicadas sino en Jesucristo, quien Es, Era y ha de venir.

jueves, 13 de noviembre de 2008

Asesinos de hijos

Colombia fue el epicentro de una de las noticias más aterradoras de los últimos tiempos (lamentablemente parece que somos muy eficientes en ello), se trató del salvaje asesinato de Santiago Lozano, bebé de unos cuantos meses, a manos de su propio progenitor. Tal acción conmocionó aún las más profundas fibras del país, un país como el nuestro, tan salvajemente aporreado que ha perdido la capacidad de aterrarse de algo.
¿Está cambiando la moral en Colombia? Pareciera que una luz de esperanza se abre en la densa niebla de la violencia colombiana. Más sin embargo, so pena de ser tildado de negativo, creo que no podemos estar muy optimistas al respecto. ¿La razón? Ese mismo país que está dispuesto a abrir un debate sobre la pena capital en caso de genocidios como el de Santiago, es totalmente indiferente, por no decir generador, de miles de asesinatos infantiles.
La actual ley colombiana permite el asesinato de bebés indefensos que se encuentran en el vientre de sus madres, que no pueden gritar, defenderse, llorar siquiera; y que no son ahogados, sino mutilados o arrancados vivos del útero donde fueron engendrados.
¿Cómo castigar a un padre homicida, y promover miles de madres asesinas? ¿Cómo escandalizarse por la muerte de un bebé, pero aceptar y hasta solicitar la muerte de miles de ellos por cualquier causa?
No creo que la conciencia de las madres que matan a sus hijos se acalle con el subterfugio que esa “masa de células” no es en realidad un ser vivo, y que por lo tanto no es un bebé, y por tanto no se puede catalogar como asesinato. Ojalá que tampoco se pudiera acallar la conciencia de quienes promovieron y lograron tal legislación, pero me temo que ellos, ya no tienen conciencia que ser apaciguada, rato hace que el cayo no les permite dolerse por cosa alguna que no sea sus bolsillos y su carrera por el poder.
Soñamos que algún día, los millones de colombianos que marchamos por una Colombia libre del secuestro (se presume en 3000 el número de secuestrados en Colombia aproximadamente por año ), marchemos para que se detenga el genocidio de niños indefensos (400 mil al año , sin contar la inmensa mayoría, de cuya información no hay datos estadísticos); ese día, el rayo de luz de esperanza para Colombia será verdadero.
No podremos jamás llamarnos seres inteligentes, agentes morales que diferencian el bien y el mal, que miramos con horror las costumbres de sacrificios humanos, campañas de exterminio masivo como el holocausto nazi; y al mismo tiempo, ser indiferentes a la tragedia actual. Si a actos como los anteriores los llamamos genocidios, barbarie, holocausto, se agotan los adjetivos para describir la realidad del aborto.
Todos aquellos que nos conmovemos por la injusticia, no podemos menos que batallar para que acabe esta hecatombe, no solamente en nuestro territorio, sino en el mundo entero.

El lenguaje del fraude

Introducción

La cultura de una región, de un pueblo o de un país, está íntimamente relacionada con la comunicación, es decir, los símbolos y signos del lenguaje (entendido en su sentido más amplio: Palabras, gestos, símbolos visuales, música, ritmos, entre otros). Algunas costumbres, sean éstas positivas o negativas para el desarrollo de la sociedad, toman su raíz de la comunicación que se generan en estos pueblos, regiones o naciones.

Los colombianos hemos aprehendido, en el transcurrir de los siglos, la cultura del fraude, del engaño y la mentira. Nos es difícil erradicar esta cultura pues, a pesar los grandes padecimientos que caracterizan a nuestra sociedad, recurrimos al engaño como una forma de vida.

En este ensayo es mi propósito reflexionar sobre algunos elementos que, por generaciones, han influenciado el surgimiento y continuidad de la cultura del fraude en nuestras naciones latinoamericanas.


1. Comunicación y cultura

La enciclopedia electrónica Wikipedia define la comunicación como “Un fenómeno natural en todo el universo por el hecho de que esta aporta a su receptor un paquete de energía compatible con su sistema de transacción de cargas, beneficiándose en alguna de sus capacidades”[1]
Nuevamente la enciclopedia Wikipedia define la cultura como “el conjunto de todas las formas y expresiones de una sociedad determinada. Como tal incluye costumbres, prácticas, códigos, normas y reglas de la manera de ser, vestimenta, religión, rituales, normas de comportamiento y sistema de creencias”[2]

Las sociedades, con el transcurrir del tiempo, van formando su cultura, es decir, sus valores, sus códigos y sus prácticas aceptadas. Las culturas no se forman de un día para otro, ni surgen por el dictamen de una persona o de una ley. Los hombres interactuamos con los demás y vamos estableciendo, con la práctica diaria, un lenguaje o comunicación eficaz que nos permite transmitir mensajes o contenidos significativos. Estos contenidos o mensajes, al ser insertados en nuestra cotidianidad, establecen principios y códigos que practicaremos o guiarán nuestra conducta.

Algunas culturas o sociedades tienen prácticas ancestrales que, a los “occidentales”, nos parecen descabelladas y fuera de toda comprensión, pero esas prácticas “descabelladas” surgieron con una práctica inicial que algunos miembros de la comunidad hicieron y tuvo algún significado para ellos, luego se convirtió en una práctica habitual hasta el día de hoy. Un ejemplo de ello es la práctica de una tribu aborigen al sur de Colombia de cortar el clítoris de las niñas y las mujeres.

Algunas prácticas culturales son el resultado del esfuerzo humano por establecer principios que propicien la igualdad, la justicia y la prosperidad para todos. Pero no siempre las prácticas humanas se derivan de estos altos ideales, sino que proceden de intereses mezquinos de algunos miembros de la comunidad.

2. ¿Qué es la cultura del fraude y la mentira?

El fraude ha sido definido como: “Acto realizado para eludir una disposición legal en perjuicio del estado o de terceros, o para burlar los derechos de una persona”[3]
Otra definición para fraude es: “Acto mediante el cual una persona, engañando a otra o aprovechándose del error en que se halla, obtiene ilícitamente alguna cosa o un lucro indebido”[4]

Así que podemos definir la cultura del fraude como aquel conjunto de prácticas sociales engañosas que han sido aceptadas, aunque de manera no explícita, como normales en el desarrollo de la vida comunitaria.

Pienso y estoy convencido que un buen número de colombianos nos conducimos en nuestra vida diaria, en nuestro trabajo, en nuestras relaciones matrimoniales, en la vida civil, y en muchos aspectos de nuestra vivencia en medio de un mundo caracterizado por el fraude. Nos es fácil engañar, mentir y presentar ambigüedades en nuestra comunicación debido a que nos hemos acostumbrado a convivir con el fraude. A veces nos volvemos expertos en usar nuestra habilidad del habla para engañar o disfrazar la realidad, como dice Jorge Casamayor “Hay quienes aprovechan su facilidad de expresión y su gesto campechano para tratar de asuntos muy importantes como lo hace la levedad de una cortina de humo..”[5]


2.1 La mentira, un mal de la sociedad desde tiempos antiguos

La cultura de la mentira y el fraude, a través de la comunicación, no es algo exclusivo de nuestra sociedad colombiana. Desde tiempos inmemoriales ella ha estado presente en este mundo y ha buscado quedarse como un actor importante de la vida comunitaria. La Biblia, un maravilloso libro que nos narra, entre otras cosas, la vida de algunos hombres y naciones del mundo antiguo, nos cuenta cómo empezó el fraude en la comunicación. En una escena que muchos eruditos modernos consideran como una fábula o mito, la caída del hombre en su primer pecado, la Biblia nos presenta un ejemplo de cómo se da el inicio del fraude en la comunicación. El enemigo del hombre, Satanás, representado en una serpiente astuta, se acerca a la mujer y le dice: “¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?[6] Realmente el mandato de Dios había sido “De todo árbol del huerto podrás comer[7]” La idea aquí es que la maldad en el hombre empieza cuando prefiere creer algo que es mentira, solo por el hecho de parecerse a la verdad. Las palabras de la serpiente suenan parecidas al mandato de Dios, pero en realidad no lo son. Dios no había prohibido que comieran de todos los árboles, solo prohibió comer de un árbol en especial.

Hay un peligro real cuando pensamos que la mentira es lo contrario de la verdad, pues, siempre pensamos que el engaño o el fraude solo se comete cuando éste es opuesto de manera radical a lo verdadero, pero no es así. La mentira es cualquier distorsión que uno haga de la verdad. Así sea en un grado pequeño, si modificamos una verdad, ya se convirtió en una mentira, y esta clase de mentira que, en cierto sentido, se aproxima o se parece a la verdad es muy peligrosa, pues, ella se camufla en una apariencia de verdad.

Este problema es muy abundante en nuestra comunicación, hablamos mentiras que se parecen a la verdad y nosotros mismos pensamos que no está mal, por lo tanto lo convertimos en una práctica aceptada y nos acostumbramos a usar un lenguaje difuso, aunque con apariencia de verdad.

En la misma Biblia encontramos ejemplos de mentiras usando el lenguaje distorsionado o confuso. Abraham, uno de los patriarcas de la nación judía, llega a Egipto con su hermosa esposa Sara. Abraham no desea tener problemas a causa de la belleza de su mujer y le pide que diga a todos que ella es su hermana. Abraham no ve problemas éticos en esto, pues, Sara era pariente de él. La verdad es que ella era su esposa, el vínculo mas especial que había entre ellos no era el de parientes cercanos, eran esposos, esta era la realidad y es lo que debían decir. Lo otro era una mentira, aunque muy cercana a la verdad. Es por eso que el Señor incluye en los Diez mandamientos de su Santa Ley la prohibición de mentir o engañar al prójimo. Los hombres tenemos gran habilidad para mentir, y recurrimos a ella para salir de una manera fácil de cualquier dificultad.

La historia de la humanidad abunda en ejemplos de la mentira en el uso de un lenguaje ambiguo para obtener provechos personales.


3. La comunicación ambigua y las prácticas del fraude en la formación de la cultura latinoamericana.

Habiendo entendido que los patrones de conducta, los códigos morales y las prácticas diarias en la interacción humana son el resultado del proceso cultural en la formación de las sociedades humanas, cabría preguntarnos ¿Cómo ha influenciado los códigos comunicativos y las prácticas culturales en la formación de una cultura del fraude en nuestra amada Latinoamérica?
Algunos historiadores insisten en afirmar que el pueblo latinoamericano, con sus costumbres y códigos morales relajados frente al tema de la honestidad, se derivan de la unión de las razas y culturas que prístinamente habitaron estas regiones y de las otras culturas que llegaron de Europa y África.

Los españoles llegaron a nuestras tierras en búsqueda de los grandes tesoros y la leyenda del Dorado. Muchos de ellos vinieron a saquear, robar y llevarse para sus tierras todas las riquezas posibles. No estaban interesados en radicarse en estas tierras, como si sucedió con los puritanos que llegaron a América del Norte huyendo de la persecución religiosa. Estos puritanos querían crear una nación donde hubiese libertad para todas las religiones y creencias, un país próspero donde se pudiera honrar la santa ley de Dios.

Por el contrario, las tierras de América Latina fueron invadidas por filibusteros y personas con prácticas morales aberrantes, solo querían invadir y saquear. Al encontrarse con los aborígenes americanos, cuando no pudieron quitarle las riquezas a la fuerza, acudieron al engaño. Su lenguaje fue ambiguo y lleno de mentiras, prometían a los aborígenes americanos recompensas o intercambios beneficiosos para ellos, cuando en realidad solo era una trama para luego aprovecharse de la confianza depositada y robarles.

Los aborígenes también aprendieron a reconocer la comunicación engañosa de los españoles y, con el fin de defenderse, usaron las mismas armas. Incluyeron en su lenguaje y comunicación diaria el fraude, la lisonja, el engaño, la mentira, las ambigüedades del lenguaje, con el fin de obtener un beneficio que les permitiera continuar subsistiendo.

Por su lado, los africanos traídos como esclavos a América Latina, en su afán de ser librados de los fuertes castigos de sus amos, recurrieron al fraude en la comunicación, al engaño y la mentira como un medio socialmente aceptado.

Lo que comenzó como una práctica para alcanzar un interés personal, pasó a convertirse en una norma para la cultura naciente en América Latina.

Pero estas prácticas fraudulentas, basadas en una comunicación y lenguaje ambiguos y mentirosos, no se acabaron una vez cesó la esclavitud y la persecución y la persecución contra los aborígenes, sino que quedó impregnada en nuestra sociedad, como un elemento “natural de la misma”.

Ejemplos del uso del lenguaje y la comunicación como elementos para el fraude.

3.1 El medio empresarial: Hoy día no es difícil encontrar al empresario que contrata a sus nuevos empleados prometiéndoles algunos beneficios o prebendas, o contratándolos para trabajar determinadas horas semanales, pero, en la práctica, y con el pre-conocimiento del empresario, el empleado no recibe todos los beneficios prometidos y debe trabajar más horas de las contratadas. De la misma manera el empleado, cuando se ve engañado o siente que se le vulneran los términos del contrato de trabajo, procede a menguar en su rendimiento. Cuando su jefe está presente el empleado trabaja de manera ideal, pero, una vez el jefe no está presente, se desatienden las responsabilidades. Ni qué decir del coger elementos de la empresa para llevárselos para su casa, aduciendo que esto es justo puesto que no recibe la recompensa justa por su trabajo.

3.2 La política: Lo mismo puede verse en la actividad política de nuestras naciones. En este tema se presenta un círculo vicioso de engaño, donde hay un líder político que engaña a determinada comunidad prometiendo ciertos beneficios locales o personales a cambio del voto para ganar las elecciones, pero la misma comunidad sabe que el político no cumplirá sus promesas, no obstante, ellos reciben los beneficios personales del corrupto, pero, en últimas, votan por otra persona, o puede que voten por la misma, si el político les da un adelanto personal de lo prometido, aunque sepan que no recibirán nada más.

Esta práctica de la compra de votos es un fenómeno que no se acaba, y se da en políticos y pobladores de todas las regiones colombianas. Algunos usan los medios burdos de la compra de votos a cambio de licor, cemento o comida. Otros son mas sofisticados y compran los votos a cambio de beneficios grupales particulares, como el acueducto para un pueblo, un puesto de salud para un barrio, entre otros. No obstante, esto es una práctica fraudulenta, tanto en el político como en los que son comprados con los votos, pues, no es correcto ni está en consonancia con la labor política el llegar a los cargos públicos para beneficiar a un grupo en particular, sino que se debe buscar el bien común de toda la sociedad, la igualdad de oportunidades.

3.3 La actividad comercial: Lo mismo puede hablarse de nuestras relaciones comerciales, donde los vendedores engañan a los compradores prometiendo beneficios del producto, que evidentemente no tiene. También el fraude se ve en la copia ilegal de libros, Discos compactos, programas de computadores, entre otros, justificado por nuestra economía precaria o la gran riqueza del dueño del libro o del disco de música; pero estas razones no justifican que cometamos fraude. Hoy día es fácil encontrar publicidad ambigua que busca confundir y engañar a los posibles compradores. Algunos empresarios ofrecen “fidelidad” del producto, pero con esa palabra no están diciendo lo que el comprador puede entender. Ni qué decir de los contratos comerciales, llenos de palabras que confunden a los clientes, los cuales, a la hora de reclamar algún incumplimiento del contrato, ven como se frustran sus reclamos debido a una interpretación ambigua que se hace al texto. Otro ejemplo del uso del lenguaje para engañar en las actividades comerciales consiste en el subprime, lo cual es explicado por Raúl Sorh “El mundo financiero internacional se tambalea. Nadie sabe a cuánto alcanza el monto de las pérdidas del llamado mercado "subprime". Este concepto del mundo bancario norteamericano consta del prefijo latino sub, que significa bajo de algo, en tanto que prime, también de raíz latina, expresa lo óptimo. De manera que subprime es algo que está bajo lo óptimo. Hubiese sido más claro hablar de un mercado de alto riesgo. Pero a los mercados, eufemismo para aludir a banqueros y la amplia gama de operadores financieros, no les gusta hablar de riesgos. Por eso escogen términos sofisticados como "hedge funds", que no es otra cosa que un fondo de alto riesgo. La opacidad y falta de transparencia en los mercados financieros es directamente proporcional al vocabulario grandilocuente empleado.”[8]

3.4 El mundo religioso: La religión no se escapa a este fenómeno del abuso del lenguaje con el fin de engañar. Encontramos numerosas iglesias o centros religiosos donde sus líderes dicen o afirman ofrecer ciertos beneficios a las personas que se someten a sus preceptos, pero, en el fondo, es simplemente engaño, pues, las personas no reciban los beneficios prometidos.



CONCLUSIÓN

La sociedad humana no escapa al abuso del lenguaje y la comunicación con el fin de obtener provechos egoístas a costa del sufrimiento de los demás.
Aunque esta es una realidad histórica muy marcada en Colombia, estamos viviendo momentos especiales de progreso en nuestra sociedad, que deben ser aprovechados para desarraigar de manera definitiva las prácticas fraudulentas que estamos acostumbrados a usar en nuestra vida diaria.

Abandonando estas prácticas lograremos el verdadero desarrollo y progreso que anhelamos los colombianos. Un pueblo o una nación donde no se puede confiar en la palabra de los demás, porque estamos acostumbrados a engañar y ser engañados, no conocerá el verdadero desarrollo social, político, económico e integral.

[1] www.wilipedia.org/comunicacion
[2] www.wilipedia.org/cultura
[3] Varios autores, Diccionario planeta de la lengua española. 1982. Bogotá. Editorial Planeta.
[4] www.mundonotarial.com.mx/Notario/Glosario_2.htm
[5] Sotomayor, Jorge. 2007, Marzo 15. Debilidades, brechas del lenguaje para el engaño. Aragón liberal, periódico online. Extraído el 17 de Mayo de 2008. http://www.aragonliberal.com/20070314-debilidades-brechas-del-lenguaje-para-el-engano.html
[6] Santa Biblia. Sociedades Bíblicas Unidas. 2006. Corea
[7] Santa Biblia. Sociedades Bíblicas Unidas. 2006. Corea
[8] Sohr, Raúl. (2008, Marzo 30). Radio Universidad de Chile. Extraído: el 18 de Mayo, 2008 de http://www.radio.uchile.cl/notas.aspx?idNota=44281